'SOS a los socialistas moderados'
👉Artículo de opinión de Claudia Alonso, portavoz del PP en el Ayuntamiento de Toledo, a las puertas de la investidura de Pedro Sánchez
Nací
en el 81 en una de esas regiones históricamente llamadas
socialistas. O mejor dicho, en una de esas regiones donde la gente se
declaraba de centro y de derechas sin complejos y a la vez votaban al
PSOE elección tras elección. Y muy posiblemente lo hacían porque
había ciertos valores y principios que aquí se consideraban
intocables. El votante pensaba que ciertas cuestiones que ordenan los
principios básicos de nuestro sistema no iban a cambiar
independientemente de ideologías. Y el PSOE, hábil en ese debate,
lo sabía usar. Había cierta altura política cuando cuestiones como
la igualdad entre españoles y, por tanto, la soberanía nacional, no
estaban en cuestión.
No
pretendo defender a un partido del que me siento tremendamente
alejada en la mayoría de aspectos, pero no puedo dejar de reconocer
la evidencia de que la democracia actual se sustenta también en
todos aquellos actores políticos que, no coincidiendo con mi
ideología, han tenido claro que hay principios que van más allá de
una mera división entre derecha-izquierda. Porque afortunadamente la
sociedad española está formada por mucho más que ciudadanos
divididos por colores.
Hoy
empieza el debate de investidura. Ya he perdido la cuenta de cuántos
llevamos en tan poco tiempo. Y sin embargo ninguno ha provocado tanta
intranquilidad en tanta gente de tan dispares ideologías. Nunca
antes se había tenido que incidir tanto en los principios básicos
en los que se sustenta nuestro sistema de derechos y libertades. Por
ello, hoy más que nunca creo necesario recordar lo que significan
algunas cuestiones, pues en las próximas horas es probable que
algunos quieran hacer un ejercicio de amnesia selectiva y se olviden
de lo principal.
Subrayar
que la democracia se sustenta en el respeto a la ley, porque la ley
deriva de la soberanía nacional, es reconocer que el sistema que
tenemos, con sus fallos y errores a corregir, es fruto de lo que
pensamos y queremos todos. Sustituir esa soberanía por las
decisiones de una parte es querer eliminar el derecho de todos los
españoles a decidir el futuro común, el nuestro y el de las
próximas generaciones. Y que las minorías impongan su criterio
frente al resto, es lo que en otros momentos se llamaba
totalitarismo, aunque en los últimos meses a eso se le llame
diálogo.
Las
comunidades autónomas nacen y beben de la constitución. Sus
gobiernos no están en pie de igualdad con el nacional. Sentar al
mismo nivel dos gobiernos y permitir que sus acuerdos acaben en
consulta pública solo de una parte del territorio español es el
principio de una situación que todos sabemos no va a acabar bien. Es
el principio de la división absoluta, de la liquidación de la
igualdad entre españoles vivan donde vivan y es el principio de la
formación soterrada de un nuevo modelo de estado que, a diferencia
del actual no nos hemos dado todos.
Por
eso, en este momento, ese pacto de la infamia que altera nuestro
sistema de libertades y que ha cocinado el PSOE y su líder, Pedro
Sánchez, para seguir en el poder con partidos periféricos de todo
pelaje cuyo único objetivo es la destrucción de España, solo
pueden pararlo los propios socialistas. Los socialistas decentes, con
criterio, que honestamente creo que siguen existiendo. Eso sí, en la
sombra, o incluso en el exilio, por miedo a dejar de ser lo que son o
simplemente esperando a actuar cuando la situación ya sea
irreversible.
Que
una parte importante de estos no están de acuerdo con el pacto con
ERC y demás independentistas es algo que sabemos todos porque se han
encargado de airearlo, eso sí, en privado, como presentando una
especie de pliego de descargo que les permita llegado el momento
entonar eso de “yo ya lo dije”. Pero ni muy alto ni muy claro,
porque les era más importante el mantenimiento de su propio partido
en lugar del mantenimiento de nuestro propio país.
En
los últimos meses se ha venido hablando de la dicotomía entre
socialismo y sanchismo, que probablemente existiera según se
desarrollaron los hechos de aquel Comité Federal del PSOE en el que
los propios dirigentes socialistas defenestraron a Sánchez por
tratar de llegar iniciar conversaciones con los separatistas. Y sin
embargo hoy el peligro es inminente y mucho más real que aquel día.
Por
eso, la resolución de la existencia de esas dos corrientes la vamos
a conocer en las próximas horas. Ahora es el momento de que aquellos
socialistas no sanchistas demuestren con su voto que no van a tragar
con un acuerdo tan lesivo para España. Si no lo hacen, ya todo será
sanchismo y el PSOE habrá desaparecido.
A
los dirigentes socialistas que tienen voz y, sobre todo, voto, y por
tanto poder para ratificar o no un acuerdo liquida la soberanía
nacional y fulmina la igualdad entre españoles, les ruego que alcen
la voz sin complejos ni ambigüedades. No se puede defender la
Constitución y hablar de sus principios y eliminar el primero de
ellos, que España somos todos, que sobre nuestro país decidimos
todos.
Hoy
es el día de pedir valentía a los socialistas decentes, porque son
quienes pueden frenar un Gobierno con unas concesiones que ni ellos
quieren. No puedo imaginar que gente como Emiliano García-Page
realmente quiera que a partir del día 7 su voz cuente menos que la
de Puigdemont o que los temas de nuestra región pesen menos que los
de la causa independentista. Y él tiene la oportunidad de evitarlo
si sus nueve diputados en el Congreso votan en contra de esta
traición a España.
Nunca
como hoy tuvo tanto sentido la demoledora máxima de Burke según la
cual, “para que el mal triunfe solo se necesita que los hombres
buenos no hagan nada”. Si quedan socialistas moderados, ustedes que
ya son los únicos que pueden hacer algo, sean valientes y paren esta
locura.
Claudia
Alonso
Portavoz
del PP en el Ayuntamiento de Toledo
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