“La gente no es consciente de que el acceso indebido a la historia clínica puede ser delito"
✔ Así lo señalaron los tres ponentes de la Jornada formativa celebrada en el Colegio de Médicos de Toledo el pasado 20 de mayo: Dres: Roberto Sabrido Bermúdez y Juan José Rodríguez Sendín y Vicente Lomas Hernández profesional del Derecho, quienes insistieron en que la historia clínica de los ciudadanos “es un bien jurídico que goza de un nivel especial de protección legal y deontológica”.
Aclarar
todo lo relacionado con el acceso a la Historia Clínica, tras la
publicación el año pasado del Reglamento de la UE sobre protección
de datos, y hacerlo con carácter práctico desde una triple visión
que abarca los ámbitos administrativo, jurídico, profesional y
deontológico, ha sido el objetivo de la Jornada Formativa “El
acceso indebido a la historia clínica”, organizada por la
Fundación Colegio de Médicos de Toledo “Dr. Atanasio Ballestero”
e integrada en el Programa Formativo 2019 , que se desarrolló el
pasado 20 de mayo en la sede de la corporación médica toledana en
horario de tarde.
En
esta sesión, dirigida a profesionales médicos de los ámbitos
público y privado y también del sector sociosanitario, se
expusieron los riesgos que conlleva un acceso inapropiado a los datos
clínicos de los pacientes y que puede llegar a constituir un delito
con penas de cárcel, inhabilitación profesional y sanciones
económicas por responsabilidad patrimonial.
Así
lo expuso en primer lugar el Dr. Roberto Sabrido Bermúdez, actual
Director Gerente de Coordinación e Inspección del SESCAM,
quien detalló el procedimiento que se aplica en la sanidad pública
cuando se denuncia un uso indebido de las historias clínicas de los
pacientes, fuera de lo que es necesario en un proceso asistencial.
Sabrido, insistió en que estas entradas indebidas “dejan huella
digital siempre” y suponen una falta grave que incluye la apertura
de un expediente administrativo disciplinario y sancionador.
El
responsable de la Inspección en el Servicio Regional de Salud de CLM
detalló que en los últimos 9 años se han abierto un total de 20
actuaciones, 13 de ellas tras denuncias entre propios profesionales y
7 por pacientes y criticó que un tema tan serio sea utilizado como
“arma arrojadiza” entre médicos por cuestiones o desavenencias
personales o profesionales ajenas a la atención sanitaria.
También
mostró su preocupación porque del total de actuaciones abiertas, de
las que siete están en fase de información reservada y trece con
expediente disciplinario, casi la mitad se han producido en lo que va
de año 2019, por lo que advirtió a sus compañeros médicos y
médicas que “uno se puede arruinar la vida” por “echar un
vistazo, aunque sea de buena fe” a historias clínicas que no son
de su competencia.
Por
su parte, Vicente Lomas Hernández, doctor en Derecho y Jefe de
Servicio de Coordinación Regional de Asesorías Jurídicas del
Sescam, desgranó la legislación vigente tanto nacional como
autonómica y europea, incluida la última Ley de Protección de
Datos que entró en vigor el pasado año, que protege el “derecho a
la intimidad, el sigilo profesional y la confidencialidad” de los
datos que figuran en la historia clínica de los ciudadanos y cuyo
quebrantamiento está tipificado no sólo como infracción
administrativa, en el sector público, sino como delito.
“No sólo te puedes quedar en la calle, sino acabar en la cárcel”
Lomas
incidió en la enorme importancia que esta protección de los datos
tiene en el sector público sanitario donde el personal estatutario
está obligado a preservar la intimidad de los procesos asistenciales
y de las estancias de los pacientes en centros sanitarios. “No sólo
te puedes quedar en la calle, sino acabar en la cárcel” si se
producen accesos a los datos sanitarios de los pacientes “sin
acreditación de necesidad asistencial”, alertó.
Asimismo,
el especialista jurídico dijo que desde la Administración, “en
Castilla-La Mancha y en todas las Comunidades Autónomas, nos
encontramos con la dificultad de que se acaten las normas”, por lo
que defendió la necesidad de contar con un sistema de registro de
los accesos a los datos clínicos de los ciudadanos, que se pueda
testar, para concluir asegurando que desde el Sescam “lejos de la
falsa sensación de impunidad de los profesionales se seguirá
trabajando para concienciar de que satisfacer cierto tipo de
curiosidad es delito”.
Finalmente,
el Dr. Juan José Rodríguez Sendín, Presidente de la Comisión
Central de Deontología de la Organización Médica Colegial mostraba
su preocupación por un tema que “se está complicando mucho” por
la multiplicidad de sistemas y plataformas existentes, pero que lleva
siendo punible desde hace 25 años y que la UE castiga duramente, de
forma penal no sólo a los responsables de la custodia de estos
datos, el personal sanitario, sino a las Administraciones de las que
dependen “por no salvaguardar los datos ni establecer los canales
precisos para hacerlo”.
En
este sentido, el Dr Rodríguez Sendín insistió en resaltar lo
“delicado” de “husmear” en una información que se ha de
preservar porque, en algunos casos y enfermedades concretas,
“condiciona no sólo al afectado, sino a toda su descendencia” y
abundó al repetir, como también garantiza el Código Deontológico
de los médicos, que “el único fin del acceso a la historia
clínica es asistir o mejorar la asistencia a la gente” y que, por
tanto, un uso indebido “tiene consecuencias graves”.
El
presidente de la Comisión Central de Deontología consideró que los
profesionales y las autoridades sanitarias tienen “grandes retos
con la sanidad digital”, el Big Data, la inteligencia artificial,
por lo que apostó por trabajar en la interoperabilidad de los
sistemas entre la sanidad pública y privada y en establecer nuevos
marcos y garantías para que haya una certificación segura de todos
los actores que intervienen en los procesos y se pueda acabar con
“una realidad indeseable e innecesaria de graves consecuencias
legales y penales para quienes incumplan o superen los límites
legales existentes”.
Tras
la intervención de los ponentes se estableció un debate con los
asistentes que se interesaron en algunos aspectos concretos de los
accesos profesionales a las historias clínicas de los pacientes con
los que trabajan.
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