"Esto, no es cosa mía"
✔ Artículo de opinión de Diego Mejías, concejal en funciones de Juventud y Cooperación para el Desarrollo en el Ayuntamiento de Toledo
Lo
bueno y lo menos bueno de estos cuatro años de gobierno en Toledo no
ha sido cosa de unos pocos. Hemos representado a un movimiento
ciudadano (Ganemos Toledo) y hemos trabajado siendo conscientes de la
responsabilidad que supone esto en todas las políticas que hemos
puesto en marcha, con mayor o menor acierto. Nuestro objetivo
principal ha sido dar voz a la ciudadanía y contar con ella en todo
momento. Los presupuestos participativos han sido una de las apuestas
más importantes de estos años. Y ha sido así, porque no creemos en
el ordeno y mando del que se enorgullecen otros partidos.
Seguramente
la clave está en superar el modelo de partido tradicional. La
sociedad ha cambiado y la política tiene que adaptarse a los
tiempos, por eso planteo unas reflexiones en estos días en los que
hemos conmemorado el 15 M y en los que nos hemos enfrentado a varios
procesos electorales.
Los partidos
Los
partidos tradicionales de izquierda han basado su estrategia
históricamente en la organización y en el control de la misma.
Después del histórico movimiento ciudadano del 15 M nació Podemos
(un partido, que por cierto, se parece poco al actual Unidas
Podemos). El Podemos inicial nace del hartazgo de la ciudadanía
provocada por la reiterada corrupción política y une e ilusiona de
manera transversal a millones de personas en torno a varios objetivos
comunes. Entre otros:
1/
luchar contra la corrupción.
2/
defender la sanidad y la educación pública.
3/
defender los servicios y ayudas a la dependencia.
4/
luchar contra los desahucios y a favor de la igualdad.
El
lema del movimiento fue significativo: “No nos representan”, y el
sentimiento social era el de que nos habían estado estafando durante
años y no estábamos dispuestos a seguir permitiéndolo. Pues bien,
en pocos años se ha transformado el espíritu del 15 M y del inicial
Podemos (un partido que nace de la gente y que hacía asambleas en
las plazas de las principales ciudades españolas dando voz a la
ciudadanía) en un partido clásico de izquierdas, cerrado y
representado, además, por dirigentes históricos de la izquierda más
sectaria.
Creo
que una coalición de partidos o cualquier fórmula que sirva para
sumar es buena, pero desde luego no es el espíritu de la oportunidad
histórica que nos brindó el 15M. De esta transformación partidista
y melancólica de Podemos nacen fracturas entre los fundadores del
partido y entre sus gentes. En mi humilde opinión, es un error
estratégico muy grave, y si de verdad queremos cambiar las cosas,
necesitamos a muchas personas, estar unidos, nadie sobra.
Isa
Serra, candidata de Unidas Podemos a la Comunidad de Madrid, ha
dicho: "No levantamos un proyecto desde las plazas para darle un
cheque en blanco al PSOE”. Quizás la cuestión sería otra: ¿por
qué nos encontramos ante este dilema? Desde luego algo hemos hecho
mal, hace unos años todo apuntaba a la caída de los partidos que
han representado el bipartidismo. Puede que el enemigo lo haya hecho
muy bien y hayamos picado. En las Elecciones Generales del 28 de
abril se ha dado una situación inédita en la historia de nuestra
democracia. Cinco partidos se han presentado con opciones serias de
obtener una importante representación en el parlamento. Mi pregunta
es que a qué parte del electorado del país queremos representar.
¿Queremos un sistema de partidos de pluralismo muy polarizado y con
tendencias centrífugas y oposiciones bilaterales o un pluralismo
moderado con tendencias centrípetas? ¿Queremos ser el 10% del
sistema electoral o el 25%? ¿Queremos tener la posibilidad real de
gobernar y ser oposición constructiva o no queremos gobernar nunca y
queremos ser oposición irresponsable con propuestas irreales e
irrealizables? De momento estas elecciones han demostrado que el Psoe
lo tiene claro. Otra pregunta que deberíamos hacernos es: ¿por qué
ha votado la gente al Psoe? La gente que le gritaba a Sánchez “Con
Rivera No” o “Sí Se Puede”, el mismo Psoe que representa el
espíritu de la transición.
La ciudadanía
Quien
pensara que esto iba a ser fácil estaba muy equivocado. Costó
muchísimo esfuerzo construir candidaturas de confluencia en 2015.
Aún así se hicieron en muchas ciudades, montando primarias
abiertas. Hubo que tirar de generosidad, transparencia y
participación. Mucha gente creyó que era posible transformar las
instituciones desde abajo y los resultados fueron históricos en toda
España. En Toledo se obtuvieron casi 7.500 votos, a unos 20 de sacar
cinco concejales (a unos 20 votos de un resultado Ganemos Toledo, 5,
Psoe, 8). Y entramos en el gobierno elegidos y respaldados por las
vecinas y vecinos de nuestra ciudad.
La
gente se organiza de muchas formas que contribuyen al buen
funcionamiento de las ciudades. Nos gusta vivir, la sociedad actual
está repleta de actividad, tenemos muchas preocupaciones y frentes
abiertos, quizá no demos mucha importancia a cosas que puede que
sean importantes. A mi juicio es saludable un mínimo de
organización, reunirnos, disfrutar de la vida y hablar de política,
porque la política es parte de nuestras vidas.
Ahora
que ha pasado el tiempo y que ha ganado la batalla contra las
confluencias la parte fea de las organizaciones. Ahora que hemos
visto los desastrosos resultados, yo me pregunto junto a nuestras y
nuestros votantes: ¿esto es lo que queremos? ¿Queremos que unos
pocos afiliados a un partido sigan imponiendo su criterio? ¿O
queremos una confluencia formada por plataformas, sindicatos,
coordinadoras de Ongs, asociaciones vecinales y ciudadanía
independiente? Yo opto por esta opción, pero entiendo que todas y
todos somos responsables de la construcción de la realidad que
queremos, tanto en una dirección como en otra.
En
definitiva, esto también va de qué queremos ser y de a cuánta
gente queremos en nuestro proyecto. ¿Queremos cantar flamenco puro
para veinte personas o llenar estadios como Rosalía?
Diego
Mejías García
concejal en funciones de Juventud y Cooperación para el Desarrollo en el Ayuntamiento de Toledo,
miembro de Ganemos Toledo
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