ADACE visibiliza en Toledo el Daño Cerebral Adquirido
➤ Apoyo al colectivo en el Día Internacional del Daño Cerebral Adquirido, que se ha celebrado hoy en la plaza del Ayuntamiento
Miembros
de la Corporación local, entre quienes se encontraban el concejal de
Servicios Sociales, Javier Mateo; y las ediles de Familia y
Accesibilidad, Maite Puig, y de Cultura, Nuria Cogolludo, han
respaldado a la Asociación de Daño Cerebral Sobrevenido de
Castilla-La Mancha (ADACE) en la conmemoración del Día
Internacional de Daño Cerebral Sobrevenido de Castilla-La Mancha que
se celebra hoy 26 de octubre.
La
Plaza del Ayuntamiento ha acogido el acto central de esta celebración
que se ha iniciado con actividades orientadas a un nutrido grupo de
niños y niñas de entre 9 y 10 años procedentes del CEIP Colegio
San Lucas y María con la intención de “sensibilizarles y también
prevenir” puesto que según la presidente de ADACE, Ana Cabellos,
“de esta forma, ellos ven lo que les pasaría si sufrieran esta
situación y también reciben información sobre qué pueden hacer
para prevenir el daño, sobre todo, la prevención vial”, ya que en
el caso de menores los atropellos, accidentes de tráfico y tumores
son las causas más frecuentes del daño cerebral.
Mateo
y Puig han compartido impresiones con los monitores y participantes
de esta jornada en la Plaza del Ayuntamiento y, posteriormente, en
torno a las 13 horas, la concejala de Familia y Accesibilidad, Maite
Puig, ha sido la encargada de dar lectura al manifiesto de la
Federación Española de Daño Cerebral –FEDACE con el que el
colectivo pretende “poner en primer plano las demandas y
visibilizar a las personas con Daño Cerebral Adquirido (DCA) y sus
necesidades de atención e inclusión social”.
Dependencia y secuelas
Según
han expresado a través del texto, cada año alrededor de 104.000
personas sufren un ictus, un traumatismo craneoencefálico u otras
lesiones que les causan Daño Cerebral Adquirido (DCA) y hasta un 89
por ciento de los casos de daño cerebral, se producen secuelas que
provocan dependencia, muchas de las secuelas tienen que ver con
problemas de memoria, problemas de comunicación, alteraciones de la
conducta, alteraciones emocionales o estados prolongados de coma.
“Son
secuelas, en gran parte, invisibles, que no se perciben a simple
vista y que, a ojos de quien no conoce el DCA, resultan difíciles de
entender”, de ahí que las familias de las personas que padecen
esta situación incidan en la “situación de angustia e
incertidumbre” que sufren cuando la persona con daño cerebral
abandona el hospital: “El sistema actual salva vidas, pero olvida
garantizar la calidad de vida, la inclusión social de las personas
con DCA y el apoyo de las familias”.
Esta
idea enlaza con el lema de ADACE que propugna “que cada vida
salvada merece ser vivida con dignidad” y entre sus reclamaciones,
en este día, han exigido una Estrategia Nacional de Atención al
Daño Cerebral Adquirido; que se cree la categoría diagnóstica de
‘Daño Cerebral Adquirido’ al alta hospitalaria; que se elabore
un censo de personas con DCA para analizar sus necesidades de
atención y se dimensionen los recursos necesarios para garantizar su
calidad de vida e inclusión social; que se incluya a la familia como
parte beneficiaria del proceso de atención, y no solo como parte
colaboradora, para que reciba apoyo psicológico, información y
formación y que en los planes de atención se contemplen las
necesidades específicas de las personas en especial riesgo de
exclusión.